SIMPLEMENTE YO

EL UNO DE ABRIL DE MIL NOVECIENTOS SESENTA Y NUEVE EMPEZO TODO...



martes, 20 de diciembre de 2011

A medida que pasan los años, La vida es un constante proceso de perdida.

El coche fúnebre transporta a su “ocupante” hacia el lugar de descanso. El trayecto es diseñado, entre autos aparcados y arcenes de pavimento deteriorado. La familia, sequito en procesión,  acompaña el silencio sepulcral, roto por los sonidos de lo cotidiano. La tarde va entrando en el dominio del refugio, de tierra y bloque, dolor, y de llanto…
 El camino está ausente de inspiración, a poetas de cementerios. De viento sobre el prado o de hiedra a salvo bajo la sombra de olmos rugosos.
Mi abuela Alejandra, fue despedida en el camino imperfecto, de tráfico intenso y ruido de claxon.  Final tan alejado, a los diseñados en las novelas románticas leídas al final de la tarde.
Recuerdo entrar a la habitación y mirarme de reojo, unos instantes con mirada confusa, y volver más tarde a observar el paisaje por la ventana. La luz intensa, reflejada en la decoración superflua. El asilo mantiene la propuesta original, del caserón existente. Después de titubear me senté en una silla enfrente de ella. Era una silla tapizada y descolorida. Mi abuela siguió mis movimientos con la mirada al sentarme. El pelo corto, encanecido, bañado de escarcha. Las mejillas relucientes, y la frente marcada por arrugas profundas.
  Abuela, como esta. Sabe quién soy?  Soy el hijo de Andrés!
 Abuela, recuerdas las riñas por jugar en los suelos fregados. El despertar de las siestas en la portería, y quien me dio la noticia, de que tenía un hermano?
Allí, en el pequeño espacio reservado a su memoria, de casa deshabitada, obtuve la respuesta más repetida; una sonrisa ausente.    

A medida que pasan los años, La vida es un constante proceso de perdida.
Todo lo que aprecias va cayendo de tus manos como pétalos de una flor. Tus capacidades físicas, tus esperanzas, tus sueños, certezas y personas amadas. Todas esas cosas van desapareciendo una por una. Se despiden, se marchan o cierto día desaparecen de repente, sin previo aviso.
Pero los recuerdos, perduran...hasta que la luz se apaga.



No hay comentarios:

Publicar un comentario