SIMPLEMENTE YO

EL UNO DE ABRIL DE MIL NOVECIENTOS SESENTA Y NUEVE EMPEZO TODO...



lunes, 17 de octubre de 2011

Como echo de menos ser un niño

La noche era festiva. Los mayores reunidos bajo la luz de las bombillas desnudas, y velas de llamas flotantes, murmuraban entre rezos y rosarios de hilos y cuentas.

Las sillas de estera, cojas por los guijarros apelmazados del porche, sucumbían por el peso de los hombres. Las mujeres al fondo, repetían oraciones y misterios, rodeando  una caja de madera pobre, adornado por un crucifijo de metal ocre.

Yo corría y jugaba sin que nadie me prestara la menor atención. De vez en cuando, divisaba la mirada amenazante de mi abuela.
Era demasiado tarde.

Mis amigos no jugaban, y vestían de domingo sin lustre. Sentados en un rincón apartado, me miraban con ojos fustrantes. Los abrían castigado pensaba. En una de aquellas me acerque sigilosamente, y al mayor de los tres le pregunte: que habéis hecho, estáis castigados??
Me miro entre incrédulo y alicaído, y dijo;
 No!! Se ha muerto mi abuela. Que quieres decir?, le pregunte de nuevo; Que se ha ido al cielo, y no la volveremos a ver más, me contesto.
Se ha muerto y no la volveremos a ver más…
No entendía nada, que significaba, muerto?…

Intente buscar una explicación en mi madre, inmersa en conversaciones de voz baja. A mi abuela, no le moleste por si se enfadaba, se moría, y los bocadillos de nocilla y la paga de los domingos desaparecían.

Y seguí jugando… entre el vino y el pan, y las palabras de los hombres, subía la algarabía.
La noche avanzaba como la afluencia del público, según su cauce…

Hace muy poco acompañe a mi amigo el mayor, en el peor momento de su vida; despidiendo a su amada.

Recordé el velatorio de su abuela, al despedirme y dirigirme al coche. Cada día, nos parecemos más a nuestros mayores.

El tiempo pasa… La vida se escapa, como arena de playa entre los dedos.
Despedimos a los nuestros, momentos de dolor inmenso.

Como echo de menos volver a ser un niño...

No hay comentarios:

Publicar un comentario