SIMPLEMENTE YO

EL UNO DE ABRIL DE MIL NOVECIENTOS SESENTA Y NUEVE EMPEZO TODO...



domingo, 12 de septiembre de 2010

a los cuatro meses de nacer, hice por primera vez las maletas...

A los cuatro meses de nacer, hice por primera vez la maletas. Mi padre tenía problemas de salud, la familia nos reclamaba, y decidieron venirse a Valencia. Cuando digo “hice las maletas”, es de forma figurada. Hacer, hacer, hacia lo que todo los niños, comer y llorar. Pero si es cierto, que no fue la primera. Hago memoria. He cambiado nueve veces de colegio. He vivido en varias ciudades, y cambiado otras tantas de piso. Y cual es el motivo? Sinceramente, yo también me lo pregunto. Creo honestamente, que el causante, ha sido mi padre. Nunca ha tenido una estabilidad, ni en asentarse, en un lugar fijo, ni en cuestión de trabajo. En lo de vivir, nunca se lo he perdonado. Para mí ha sido un calvario, el tener que rehacer mi vida, cada poco tiempo. Sobre todo en la pubertad, y la adolescencia. En lo del trabajo, lo entiendo mas, soy igual que el. Si no estoy a gusto, o me he cansado, cambio.




A finales del 69, nos instalamos en nuestro piso de Juan de Juanes, en Valencia. Lo compraron sin verlo, con la “inestimable” ayuda de unos tíos. Las inversiones maravillosas de mis queridos padres. Se fiaron de la familia, y cuando llegaron, se encontraron que no valía lo que pagaron, y encima estaba ocupado, por mis tíos Faustino y Sagrario, con sus cuatro hijos. La familia es la familia, y que vamos a hacer. Como dice el dicho; “la familia te toca, y a los amigos los eliges”. Y allí que nos metimos todos, hasta que mis tíos encontraron otro piso.


En esta calle es donde he vivido grandes momentos. Estuvimos viviendo hasta agosto de 1979, que nos cambiamos a Maestro Palau, en el mismo Mislata, pueblo donde resido.


Se me olvidaba que entre tanto, en esos años, hicimos varias intentonas por vivir en Palma de Mallorca. Residian los hermanos de mi madre, Mauricio y Celia. Esta última se caso con mi tío Serafín, el mismo día, en la misma iglesia y compartiendo banquete con mis padres. Mis abuelos mataron dos pájaros de un tiro. Casaron a las hijas juntas. Cosas de la época, ahora sería impensable. Como decía, vivía la familia en Palma y nosotros íbamos muy a menudo a principio de los 70 de vacaciones. Y en una de estas nos quedamos un tiempo por allí. No fue mucho, ya que mi abuelo paterno, se puso muy enfermo, y fue el detonante para que volviéramos a Valencia.


Mi madre seguía a mi cuidado, mientras mi padre trabajaba en la hostelería. En aquel entonces en Palma de Mallorca había muchísimo trabajo. Toda la familia trabajaba salvo mi madre. Ella mientras me cuidaba, se hacía cargo de mis primos. Un día, se rebeló, y decidió que ya estaba bien de estar en casa, y ni corta ni perezosa, se echo a la calle a buscar trabajo. Se armo de valor, y en el primer lugar que encontró, pregunto. Casualidades de la vida, habían puesto un anuncio en el periódico, buscando una chica. Era Bordados Mallorca. Mi madre se entrevisto con el jefe, y al día siguiente se puso a trabajar. La hicieron fija, me cuenta orgullosa, y se le daba de maravilla. En mis sueños, ahora de mayor, me veo agarrado a los barrotes de la barandilla del balcón, esperando a mi madre, junto a mi prima Celia. Era hacia el atardecer, el sol adormecía, y la veo acercarse lentamente. Levantaba la mano, sujetando una bolsa de conguitos, y saludaba. La excitación nos podía, nos encantaban los conguitos, pero más deseaba abrazarla, porque era la primera vez que me separaba de ella. Esta historia me la cuenta, muy a menudo, resaltando mi interés por los conguitos. Yo sigo teniendo este sueño, pero ella bien sabe, que lo verdaderamente interesante, era volver a sus brazos.

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